Del uso de las Redes Sociales, los Blogs y las Wikis en clase de ELE. Cómo en ocasiones hay que unirse al enemigo.

Hoy he leído un artículo de Araujo Portugal sobre el uso de blogs, wikis y redes sociales en el ámbito de la enseñanza. El artículo trata el tema en general, sin especificar su aplicación al ámbito de la enseñanza de español como lengua extranjera, pero eso carece de importancia. El aprendizaje es eso mismo, independientemente del tema que vayamos a tratar, porque los seres humanos pasamos por los procesos de aprendizaje en todos los ámbitos de nuestra vida y, aunque nuestras habilidades o preferencias sean diferentes, el proceso en sí mismo no lo es.
Son tres las herramientas que se tratan en el paper en cuestión.

La primera son los blogs. Blogs como este mismo en el que estoy escribiendo ahora. Hoy en día son una herramienta que parece haber perdido algo del brillo de sus primeros años, cuando todo el mundo tenía su pequeño rinconcito para compartir reflexiones, derechos al pataleo, intereses y mensajes en una botella que lanzaban al océano de internet. Pocos de ellos tenían una afluencia real de lectores, pero algunos de aquellos bloggers consiguieron crear una carrera a partir del contenido que publicaban. Bien por ellos.
Después de lo que parece una eternidad de tiempo (sobre todo si pensamos en términos digitales), estamos hablando aquí y ahora de utilizarlos para enseñar y aprender idiomas. El artículo me parece acertado en su análisis de ventajas e inconvenientes. Efectivamente, un blog de aula (dejaremos fuera aquí los blogs de alumnos y profesores) nos permite organizar debates, desarrollar la expresión escrita, compartir materiales complementarios de forma colaborativa, crear tareas más auténticas y propiciar la autonomía del alumno. Las desventajas parecen mínimas en comparación. Su uso está poco extendido, no debido a la falta de beneficios que ofrece un espacio colaborativo de esta índole, sino a la dificultad de convencer a profesores y alumnos de salir de la zona de confort y de una cultura educativa concreta, aún muy extendida y con profundas raíces.

Una de las principales desventajas del blog es la imposibilidad de trabajar en las publicaciones o posts de forma comunitaria. Cada escritor puede compartir contenido, pero debe crearlo de manera individual y la plataforma no facilita que varios autores trabajen sobre un mismo texto de forma simultánea. Una pena, teniendo en cuenta las ventajas didácticas de la escritura colaborativa, ¿verdad?. Por eso alguien inventó las Wikis. Allí, varios autores pueden modificar tantas veces como quieran el contenido de las publicaciones. De esta manera, el material publicado es un elemento vivo y en constante cambio, que se construye combinando el trabajo de varias almas. Aunque se trata de una herramienta interesante de trabajo tiene, a mi parecer, una desventaja. Se supone que la Wiki es una evolución del blog hacia un proceso de trabajo (en nuestro caso aprendizaje) más colaborativo. Y sí, efectivamente, permite colaborar. Pero no lo permite de forma simultánea. Cada uno de los autores modifica individualmente el archivo sin poder ver si al mismo tiempo otro de los autores está realizando cambios. Esto exige que los distintos participantes deban organizar sus aportaciones y encargarse de que dos personas no estén editando al mismo tiempo, puesto que la nueva información podría repetirse, perderse o simplemente resultar irrelevante. En un mundo como el nuestro, donde la inmediatez manda, muy especialmente en el ámbito digital, esto es una gran desventaja. Araujo Portugal no habla de ella, pero a mí me parece el gran elefante en medio de la habitación en lo que a las Wikis se refiere.
Al parecer aún está por llegar la herramienta que nos ofrezca la estética posteable de una wiki y todas las comodidades de un archivo compartido en Google Drive, donde la interacción entre los distintos autores es inmediata y verdadera, no solamente a través de la visualización en tiempo real de las modificaciones (y de quién las hace) sino a través de los comentarios y el chat asociado. En otras palabras, una maravilla.

Y por último, las redes sociales. Entrar en el debate de si es positivo o no el uso de las redes sociales en una clase de ELE me parece, en el mejor de los casos, poco interesante. ¿Acaso no buscamos constantemente que nuestros materiales sean autentificables?, ¿no nos devanamos los sesos buscando opciones que resulten motivadoras, significativas, actuales e interesantes? Si las redes sociales son una parte real y tangible de la vida de la mayoría de nuestros alumnos, como lo son su vida laboral o salir a hacer la compra al supermercado, entonces son una ocasión de aprendizaje que no podemos ni debemos obviar. La problemática no viene, pues, dada por la conveniencia de su uso, sino por la dificultad de integrarlas de manera adecuada. ¿Cómo las llevamos al aula sin perder a los alumnos por el camino?

Dos problemáticas se presentan aquí a mi modo de ver. Por un lado, aún existen pocas propuestas didácticas que trabajen de forma seria el uso de RRSS en clase de ELE. Debido a ello, aún no poseemos un corpus extenso de actividades, recursos y secuencias, lo que significa que el profesor está solo ante el peligro (más de lo habitual, quiero decir) y precisa de mucho más tiempo y reflexión para elaborar el programa. Por el otro, nuestros alumnos están en su mayoría muy familiarizados con su uso, pero eso no significa que los profesores lo estén también. Muchos profesionales, que son grandes profesionales, encuentran amenazadores los recursos digitales, especialmente en lo que a las redes sociales se refiere. Creo que la solución para ambas pasa por la formación y el apoyo e inspiración que damos a otros compañeros de profesión. Nuestros colegas senior que tanto nos enseñan, ayudan y guían, especialmente en los primeros años de nuestra profesión, pueden también encontrar un apoyo en esta nueva generación de profesionales, más familiarizados con el ámbito digital.

Gracias por leerme :)