Elvira Sastre es una de las protagonistas en el panorama poético nacional actual. Muchas cosas resultan admirables en ella: joven, mujer y un auténtico fenómeno de masas, lo que no es poco decir si pensamos en el olvido en el que había caído la poesía en las últimas décadas. Los números no mienten: de sus libros publicados se han vendido decenas de miles y su cuenta de Instagram ronda ya el medio millón de seguidores.
A los doce años escribió su primer poema y tres años más tarde inauguraba su blog "Relocos y Recuerdos" que aún hoy se mantiene activo. De ella conquista su habilidad para poner en verso, de una forma tan próxima que parece que te lo está susurrando al oído, experiencias tan humanas, tan íntimas, que todos podemos reconocernos en ellas.
Ahora bien, ¿es factible enseñar español a través de la poesía? Y si es factible, ¿merece la pena?
Hemos asistido en los últimos años a una revalorización de la literatura como material didáctico en el aula de ELE, tras haber sido ignorada por enfoques estructuralistas y nocio-funcionales, que nunca vieron en ella ninguna rentabilidad comunicativa o metodológica desde el punto de vista de la enseñanza de una L2. Esta revalorización, iniciada en el entorno anglosajón, se basa en las siguientes reflexiones:
El MCER mantiene que aprendemos una lengua extranjera "mediante la exposición directa a un uso auténtico de la L2". Auténtico es aquí la palabra clave. La poesía no está destinada al aprendizaje de español, sino que está dirigida a hablantes nativos cuya principal motivación no es otra que el simple disfrute de la lectura. No se puede ser mucho más auténtico que eso.
La poesía tiende a tratar, además, temas de carácter universal que conectan con las experiencias de las personas como seres humanos, independientemente de sus orígenes, entornos o clase social. Son, por tanto, textos con los que el alumno puede conectar si le damos las herramientas adecuadas.
Así que el debate no viene tan dado por la idoneidad de la aplicación de la poesía a la clase de ELE, sino por la forma de implementarla.
En primer lugar, y al igual que con cualquier otro texto que queramos llevar al aula, debemos ser cuidadosos en la selección. Debemos escoger un poema que sea accesible, significativo y motivador para nuestros alumnos. Debemos también tener en cuenta que ocasionales dificultades lingüísticas pueden ser superadas si proporcionamos las estrategias y calentamiento adecuado, y por medio de la actividades que proponemos a los alumnos, puesto que son estas en muchas ocasiones las que definen la dificultad de la tarea.
Aquí proponemos como opción la lectura del poema de Sastre Unas cien veces, que creemos podría ser adecuado para un nivel B1, atendiendo, como anotábamos antes, a la dificultad de las respectivas actividades propuestas. Podéis encontrar su lectura grabada aquí mismo.
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La poesía tiene una enorme relación con el ritmo y la entonación, con disfrutar de la propia musicalidad de las palabras, elementos fundamentales para el desarrollo de las habilidades fonológicas de los aprendientes de cualquier lengua extranjera. Es por eso que, disponer de una versión en audio, puede ser una buena oportunidad para trabajar estos elementos.
Para aprender más sobre la explotación de la poesía en clase de ELE os comparto este tablón de Padlet, creado por Jennifer Niño que me ha parecido maravilloso.
Aquí podéis encontrar la versión escrita del poema de Sastre cuya versión hablada hemos presentado antes.
http://bleuparapluie.blogspot.com/2014/06/una-cien-veces.html
También os recomiendo el artículo de Joan Maresma Durán tratando el uso de la poesía en el aula de ELE, que ha dado gran parte del contexto teórico a este post, y que está además publicado por el Centro Virtual Cervantes.
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/rio_2006/29_maresma.pdf
¡Gracias por leerme!
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