Quizás has escuchado alguna vez esta pregunta entre tus compañeros de clase o te la has planteado tú mismo.
En realidad la pregunta es esta: ¿puedo aprender español hoy en día sin recurrir al mundo digital?. Porque lo digital es parte del mundo en el que vivimos, y una parte importante, que no podemos ignorar simplemente porque nos produzca incomodidad. Sino puedes vencerles, únete, dicen.
Foto de Pexels (Pixabay.com)
Para empezar, la tecnología nos ofrece adaptabilidad. Adaptabilidad a las situaciones particulares de vida de cada uno de nosotros y que antes podrían haber sido un gran impedimento a la hora de conseguir las metas que nos proponemos. ¿Cómo encontrar tiempo para un curso de español con nuestros horarios de trabajo, nuestras limitaciones de desplazamiento, nuestras responsabilidades familiares, laborales y sociales?. Quizás tenemos una hora para dedicarnos a nosotros mismos y nuestro crecimiento personal un par de veces por semana, pero ir a una academia requiere mucho más tiempo que eso.
Foto de Geralt (Pixabay.com)
En segundo lugar, la tecnología nos ofrece la posibilidad de conectar con otras personas que de otra manera nunca conoceríamos. Y no nos da solamente la oportunidad de conocerlas, sino de crear con ellas un proyecto común, colaborativo, que dará lugar a una comunidad entre nosotros. Una tribu digital que nos acompañará en nuestro proceso de aprendizaje de una nueva lengua, brindándonos nuevas perspectivas, ideas, feedback. así como la posibilidad de aportar valor a otros e influenciar también su propio camino de aprendizaje.
Las nuevas posibilidades digitales y tecnológicas abren el abanico de recursos hasta un volumen de oferta ilimitado que nunca antes se había alcanzado. Esto, por supuesto, tiene su lado bueno y malo. Podemos encontrar nuevos caminos para hacer las cosas interesantes, diferentes. La diversidad es fundamental cuando pensamos en disfrutar cualquier proceso vital, sea este de aprendizaje o no. Pero esta diversidad también supone un reto. Sabemos que la multitud de opciones no hace más feliz al ser humano, sino que le posiciona en un estado de confusión e indecisión que termina muchas veces en una insatisfacción permanente. Menos opciones son muchas veces, mejores. Así que lo difícil no es decidir si debemos o no usar la tecnología (que debemos), sino en cómo utilizarla de una manera en la que nos aporte diversidad pero no nos abrume con sus infinitas opciones. Pero para eso los profes.
Foto de StockSnap (Pixabay.com)
Aunque no te des cuenta, la forma en la que somos alumnos y participamos en las clases ha cambiado fundamentalmente en los últimos 50 años. Hemos pasado de sentarnos allí, en absoluto silencio, escuchando el monólogo del profesor, a ser protagonistas activos de nuestro propio proceso de aprendizaje. Tú, como alumno, tienes la capacidad de ponerte antes situaciones que te ayuden a aprender este nuevo idioma. Haces esto cuando decides ver una película en español (o en cualquier otro idioma que quieras aprender), cuando escuchas un podcast, cuando lees un libro o cuando buscas determinados ejercicios para practicar algo que se te resiste. Y la tecnología te da los medios para hacer todo esto sin necesidad de depender de los recursos que tu profesor decida darte. Antes solo nosotros, los profes, teníamos acceso a estos materiales y, además, eran mucho más escasos. Ahora todos podemos acceder a ellos. ¿No es fantástico?
Así que ya sabes. Be water my friend.
Hola, Paula:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada y creo que has dado en la diana con uno de los beneficios que nos ofrece: adaptabilidad. Estoy totalmente de acuerdo, por eso soy bastante "fan" de la tecnología y las posibilidades que nos ofrece. Un saludo.